Dentro del clima imperante en Europa, soldados fuertemente armados daban la bienvenida a esta edición de Art Basel. Piezas de altísima calidad del mercado secundario colmaban el primer piso. Obras que generalmente obtienen puesto de honor en las subastas importantes en NY y Londres pero que requieren meses de consignación para ser vendidas y pagadas. Por lo pronto, pareciera que las Galerías y los dealers privados generan un más ágil movimiento arrojando ventas de grandes cifras. Las exposiciones de las más importantes, son dignas de Museos. Anoto también un fuerte regreso hacia el modernismo. Un rescate de artistas relegados por décadas que resurgen aun en galerías que siempre presentaban propuestas osadas. Talvez es un prudente paso en épocas turbulentas con precios al límite.

Paralelamente, una nueva industria relacionada con el mercado del arte se está desarrollando rápidamente: las bóvedas de alta seguridad. Cuentan con bien dotados espacios para exposiciones y cubículos privados para mostrar obras.Se asume que más de la mitad de las obras vendidas anualmente termina en este tipo de custodias. Estas están siendo construidas en estratégicos puntos geográficos: Mónaco, zona libre de Ginebra (varias), Delaware, Uruguay, Hong Kong, Singapur y albergan  en sus grandes extensiones todos tipo de objetos de valor. 

Fondos de inversión,  bancos que reciben obras como garantías colaterales, coleccionistas que no tienen más espacio, galeristas o simplemente inversionistas, están utilizando este servicio para manejar sus obras. Algunas pasan directamente de  subastas o  ferias a estas bodegas sin pasar por las manos de sus propietarios y permitir su rápido, asegurado y discreto movimiento. Si bien esto constituye una solución práctica para su comercio, la verdadera fuerza  de las artes están cada vez más pasando a segundo plano... >> Leer más

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