Del Muro Con la celebración de los 20 años de la caída del Muro de Berlín y los múltiples eventos culturales que rodean este evento, afloran de nuevo los factores y elementos modeladores de la creación artística, las influencias externas e internas en la obra individual y colectiva en un país marcado por dos eras de represión e imposición forzosa de “estilos” como única verdad estética. Pero aún con esa intención de aniquilación, el tejido natural acumulado en siglos de creatividad y de expresión toma nuevos rumbos. A pesar del obligatorio Realismo Social en el cual se proyectaba el mejor de los mundos del trabajador feliz en un ámbito laboral y familiar ideal, más de un artista transgredió los límites impuestos en un afán investigativo y de experimentación aún ante el peligro de ser encarcelado. Ya en la década de los 70, ambos lados del muro producían una obra paralela. La “herencia” rigurosa de la Academia, el “Nuevo Objetivismo”, el legado del Expresionismo, del surrealismo y la trayectoria Modernista, constituyen un lenguaje común que resurge con la liberación de las formas de expresión, creando una dinámica que rompe todos los parámetros establecidos en el Oeste y permitidos en el Este. Adicionalmente, los Movimientos artísticos Internacionales y la controversial e impositiva figura de Joseph Beuys con su radical propuesta de ampliación de los términos que antes definían lo que hasta el momento era considerado como Arte , abren un campo de expresión inusitado. Por medio de algunos viajeros privilegiados y el mercado negro, estas influencias llegan al mundo artístico del Este y a las Academias de Dresden, Berlin , Halle y Leipzig Ya en 1981, emerge el primer espacio alternativo en un abierto rechazo al dictamen estatal en un acto considerado ofensa criminal. Pero surge ahora a pesar de estas tendencias “renovadoras” y progresistas de Vanguardia una posición crítica. Sigmar Polke, Gerhard Richter instalados ahora en la Alemania Federal y La Academia de Leipzig , entre otras, confrontan y objetan las manifestaciones de Beuys y sus seguidores haciendo énfasis en la pintura misma como objeto central de la obra. En el más amplio sentido de la pintura modernista que reseña el crítico norteamericano Clement Greenberg, el color, la técnica, el formato del bastidor se convierten en protagonistas de la obra.
Iris Ramler
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Iris Ramler Stein
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