Arte para Mayores

Cada país tiene su propia idiosincrasia aun en lo que al arte se refiere… Cuando me encuentro con personas que conocen mis actividades, no fallan en preguntar “de quién tengo obra”. Es como si el par de nombres que suenan frecuentemente fueran algún tipo de garantía. Me parece lamentable que, aunque sea por simple curiosidad, no se logre trascender estos terrenos de supuesta certeza. En su primera etapa, al abrir esta página, aparecía una lista de los nombres de los artistas, resultando en una selección de de los más conocidos. La transformé ahora en imágenes de la obra de cada uno de ellos. Aparecen ahora “hits” en artistas que no despertaban interés. Surge entonces el propio mérito de su obra  y eso es lo que los sostiene. Mi criterio se ciñe a parámetros que expondré más adelante.

Por suerte he encontrado una clientela más curiosa y con criterio propio que desconociendo el contexto creado alrededor de ellos y que teniendo todas las posibilidades económicas de adquisición, exponen en salones principales de sus residencias al lado de un Gerhard Richter una obra de Saúl Sánchez, a la izquierda de un políptico de Raymond Pettibon una pieza de Sandra Bermúdez,  un díptico de Jorge Jurado y una importante obra de Roy Lichtenstein y puedo citar  varios casos más.   Su posicionamiento parece ser más importante que todo lo demás. La  lista puede dar status, como las marcas. Pero que pasa hasta que lleguen a ser “commodities”, si es que llegan y además permanecen. Advierto, aún la onza de oro Troy puede oscilar en el mercado.  La aventura en el arte es precisamente ir en contra de estos límites.

Si bien el mercado secundario (obra que ya salió del taller o la fuente primaria  y es revendida) es mucho más fácil de predecir  no tiene jamás el delicioso olor de lo recién horneado por así decir ! Aunque tengo la certeza  que nadie puede vaticinar el desarrollo del mercado del arte.  Demasiados son los factores que confluyen. Si quieren una inversión  garantizada recomiendo un CDT.

Lo que sí se hace cada vez mas evidente es el hilo conductor en  la plástica contemporánea. Se asemeja tal vez, guardando su debida proporción, a una producción cinematográfica. Concepto, escenario y ejecución interactúan. De esta estructura depende  la solidez de la obra. Otro punto de referencia es que el arte desde hace décadas ya no es “compartimentado”. Es decir, ya no hay solamente escultores, ni solamente fotógrafos, ni solamente pintores. Cada técnica es un vehículo de expresión en su debido momento determinado.

Bajo este esquema, valdría la pena hagan un recorrido por museos, galerías e Internet y traten de aplicar este concepto a la obra que circula. Ojo! También tiene validez la obra que tiene como fin una exploración del espacio meramente táctil o visual .

Ahora bien, regresemos al contenido mismo. En Diciembre del 2006, tuve la ocasión de visitar el espacio de exposición de la familia Rubelll (este tipo de salas de colecciones privadas  merecen un capítulo aparte) con una importante selección de obras de Paul mcCarthy y la retrospectiva de Bruce Naumann en el MOCA de la ciudad de Miami. Cada una de estas propuestas expuestas es osadamente provocadora. Durante las horas de inauguración de ambas “instituciones”, la gente circulaba libremente por sus espacios. Por la copiosa asistencia, es poco lo que logré ver. Regresé un par de días más tarde y me encontré con anuncios advirtiendo sobre lo ofensivo del contenido de la obra. En el Museo, había adicionalmente un muro y una cortina con un guardia filtrando el acceso de menores!  Naumann (americano. n.1941) es sin duda por la complejidad de su producción, uno de los más multifacéticos  artistas experimentales de décadas recientes.

Tanto McCarthy como Naumann  exploran en su forma particular la reacción del espectador a ciertos estímulos y cómo, ciertas actitudes y condicionamiento pueden afectar al ser humano.Por medio de múltiples técnicas entrelazadas, video, instalaciones, movimientos reiterativos y obsesivos, por solo citar algunas tácticas, nos retan a viajar por ese delicado campo en el cual el humor puede tornarse en dolor, la agresión física puede ser considerada en términos del mismo artista “ficticia o virtual” ya que es actuada y no real, (MacCarthy erige escenarios teatrales para ilustrar sus conceptos). Una obra en particular de éste último, logró desestabilizar a una familia que entró al recinto. No teniendo  el derecho de reproducción la describo: Bajo la plácida presencia de su padre, quien posa las manos sobre sus hombros, un muchachito copula con una bestia. Con la ayuda de polímeros y motores no podemos restarle que la escena está ejecuta sin tacha alguna. Es un maestro! Al igual que otras de sus obras y citado por él, “no se trata de romper el tabú sino de resaltarlo. Se sientan ofendidos, escandalizados, o exaltados los espectadores me pregunto si es necesario incomodar tanto a la gente para llevarla a estas emociones.

Por otra parte, la posición de Naumann, aunque también siendo un “enfant terrible”, es más evocadora. Un signo en forma de caracol, elaborado en tubos de neón con las palabras:”El verdadero artista ayuda al mundo al revelar las verdades místicas”…
Creo que es bien importante subrayar las verdades que debemos revelar y los tabúes que debemos resaltar por el bien mismo de la citada humanidad.

He aquí  26 ejemplos de que no hay que llegar a tales extremos para tocar mas de una fibra sensible.

No quiero cerrar este capítulo sin volver a hacer referencia a la primera frase de este artículo. Si bien el  taller del artista puede llegar a ser una posibilidad de venta directa para su supervivencia, el  papel de promotores, dealers y galerías es fundamental, precisamente para su promoción y para el necesitado “branding”. Es una labor costosa y difícil. Porque no valorar tal trabajo?

Iris Ramler

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Iris Ramler Stein
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